miércoles, mayo 31, 2006

Fe y nada más



Rock con el ex Faith No More, Mike Patton e invitados en este proyecto llamado Peeping Tom, desde Norah Jones pasando por Amon Tobin hasta llegar a Massive Attack. Escucha obligada para los amantes de los experimentos.

viernes, mayo 12, 2006

Texto publicado en Milenio Toluca

OFF THE RECORD
NOTITAS MUSICALES II
Gastón Pedraza
El hecho de escribir de música me complace de sobremanera. La historia de la música es inmensa, y cada uno de nosotros podría hacer su propia historia; llena de referentes, anécdotas, canciones y discos que han marcado nuestras vidas. Podríamos hacer un top 10 o top 500 de las canciones que nos gustan, y eso, créame, es algo que hace que la vida fluya.
No sé si hay música vieja o música nueva, para mí todo es música. No sé si haya música buena o música mala, pero lo que me queda claro es que hay música que no me gusta. Con esto quiero decir que cada quien tiene su propio agrado por la música y de alguna manera su propia visión con respecto al significado musical.
En la entrega anterior abordé, de manera breve, el inicio de la música y su paso por la polifonía, el canto gregoriano, la música clásica y la opera, ahora es turno para el género bastardo de la música: el rock.and roll.
A mediados de los años 50 surge el rock and roll gracias a la fusión del rhythm and blues negro y la melodía romántica blanca: furia negra y estremecimiento blanco. Surge en Estados Unidos pero los ingleses lo perfeccionan, pésele a quien le pese. Sus representantes más famosos o los que dieron un impuso a su difusión fueron el cantante, desafinado pero intenso, Johnnie Ray. Con una música para bailar, sin pretensiones, solo para divertirse y enamorar a las chicas que en su inocencia bailaban y entregaban su amor al mejor bailarín, no importaba si era guapo o feo, lo elemental era que bailara bien. En 1954 el cantante de country, Bill Halley, grabó Rock Around the Clock, el disco daría la vuelta al mundo. Eran tiempos en que los sacerdotes ofrecían bienestar espiritual, los psicólogos veían una cambio en el comportamiento juvenil, los padres de familia se ponían más rígidos con sus hijos y los hombres de negocios se hacían millonarios vendiendo discos.
Antes de Elvis Presley, el rock había sido un gesto de vaga rebelión, cuando él llegó el movimiento del rock se convirtió en algo con futuro e identidad propia. Elvis le imprimió su propio lenguaje y sobre todo una exagerada dosis de sexualidad, que para la época era de reclamo y reproche. Gracias a Elvis y a sus contoneos pélvicos, ahora hay una apertura y tolerancia a la música del rock.
El cantante que trabajó mucho para llegar a la cúspide del éxito, con un disco que en 1955 vendió un millón de copias fue Little Richard con su Tutti Fruti, con una voz peculiar y unos pantalones de pata de elefante de 66 centímetros, tocaba el piano de una manera espectacular como queriéndolo destrozar. Cantaba con fervor religioso. El inicio del gospel-rock. Fats Domino, Larry Williams, Scremaing’ Jay Hawkins, Drifters y tantos otros ayudaron a construir ese rompecabezas, aún sin terminar, del surgimiento de la música pop, esa que es popular, que todo el mundo tararea.
Chuck Berry era el gran letrista: canciones dedicadas a los adolescentes llenas de romances y picardías, que para la época eran de sonrojo total. Este californiano era el cronista de un momento donde los chicos universitarios necesitaban de historias para cantarlas y enamorarse. Las canciones de Chuck Berry fueron cantadas y tocadas por, ni más ni menos, que los Rolling Stones.
Jerry Lee Lewis era el prototipo de lo que ahora podríamos llamar rockero; hacia el final de sus actuaciones saltaba encima del piano, sujetaba el micrófono como lanza y ahí se quedaba hasta que el público se emocionaba lo suficiente como para precipitarse hacia el escenario y hacerle bajar para que se mezclara entre ellos.
Todos y cada uno de los personajes de la historia del rock caben en el libro del británico Nik Cohn: Awopbopaloobop Alopbamboom. Una historia de la música pop (Punto de Lectura, 2004). El libro fue escrito en 1969, Cohn tenía apenas 22 años y demuestra un claro dominio del tema. Conviven aquí desde el rock clásico americano hasta el rock inglés, pasando por una interesante reseña del surgimiento del twist. Un apartado importante para conocer lo que es el sonido pop que hasta ahora rige el mercado, es el que trata sobre el productor Phil Spector y su manera de trabajar. Los Beach Boys aparecen en el capitulo dedicado a California, y donde más sino, pues son los creadores del sonido California. El soul es el sonido que ha dominado la música negra; el capitulo que se habla del soul es de una riqueza extraordinaria. No puede faltar la historia del más grande de los grupo de pop de la historia: The Beatles. En un sendo capitulo con la información necesaria sobre el cuarteto de Liverpool. Lo esencial. Sin desperdicio.
Los Rolling Stones y todas sus locuras aparecen documentadas en un capitulo lleno de nostalgia y datos para la tribia. The Doors, Jimi Hendrix y Janis Joplin, tienen un lugar especial a lo largo del libro, siempre con referencias que hacen muy amena la lectura. No puede faltar el capitulo dedicado a Bob Dylan, aquel joven lleno de ideas revolucionarias y contestatarias ante una sociedad gringa llena de errores; por primera vez los jóvenes escuchaban canciones que significaban algo, que expresaban su rebeldía con algo más complejo que el sexo. Los Who encajan a la perfección con esa nueva idea de lo salvaje, aventando el micrófono a las alturas, rompiendo los amplificadores, destruyendo la batería.
Y así, en Awopbopaloobop Alopbamboom. Una historia de la música pop, se entienden todos y cada uno de los protagonistas de la música pop, incluidos algunos de los más grandes jazzistas, los defensores del flower power, incluso hasta los Bee Gees tienen cabida. Héroes de muchos de nosotros se encuentran en este libro con toda la energía del rock. Yeah¡¡¡¡